PITACANTROPUS (Simio-Hombre): Fue la primera raza homopre-sapiens, y no conocía el lenguaje, y vivió en la Península Ibérica alrededor del 500.000 a. de C. Se cree que apareció en el continente africano y para llegar a la península debió pasar por Gibraltar, y atravesó por los lagos fluviales.
Hay un yacimiento en Atapuerca cerca de Burgos y en el río Manzanares. Esta especie era un ser nómada y habitaban de forma grupal en pequeñas plataformas sedimentarias en un valle fluvial en un numero de pocas decenas de individuos.
Se han descubierto hachas de manos y lascas y su forma de vida era depredadora, para ello creaba trampas y recolectaba moluscos y frutas. Esta especie se extinguió,
NEARDENTHAL: Fue la segunda individuo homo-sapiens y tenia un aspecto humano tosco y robusto. Se cree que esta especie habito hacia el año 100.000 a. de C. en la Península Ibérica, y se supone que ya sabía hablar. En su mejor momento se cree que había unos 10.000 habitantes.
En primer momento apareció en el Cercano Oriente, entre Mesopotamia y Siria, de ahí bordeo la costa mediterránea hasta llegar a la Península Ibérica y habitarla totalmente. Esta raza era seminómada, habitando las cuevas y a veces en la intemperie. Generalmente se relacionaba en pequeñas tribus con algo de complejidad. Esta especie creó la cultura Musteriense, que consiste en adornos y dominaban el manejo del fuego, poseían un culto a los muertos, y realizaban curtidos, tenían puntas de lanzas y hacían cuchillos de piedra y el hacha con mango. Este individuo era un cazador con una economía depredadora.
EL HOMBRE DE CROMAGNON: Esta tercera especie es homo-sapiens-sapiens. Sus características son similares al hombre actual, habitando la tierra hace entre 50.000 a 10.000 a. de C. en la Península Ibérica. Su origen se establece en el Cáucaso (Sur de Rusia), desplazando hacia Europa por el Norte, asentarse en la zona Cantábrica. Podían reunirse en tribus con unos cien miembros, su relaciones eran jerarquizadas, podían incluirse hechiceros, cazadores y con un culto a la fertilidad y matriarcado.
Esta especie inventó dos estilos culturales: uno era el SOLUTRENSE, su periodo se comprende entre el 25.000 al 10.000 a. de C, en ese instante llega a su esplendor de la evolución de la piedra, la obra maestra es La hoja de Laurel Solutrense. Esta es una punta de flecha y además aparecen objetos de huesos (arpones, agujas, anzuelos y bastones de mando o cetros). Crearon pinturas rupestres, donde aparecen dibujos cabalísticos, en ellos se creen que pueden ser connotaciones sexuales de la fertilidad, además se muestran manos, dibujos y pinturas de animales que buscan realismo, y la atracción mágica de conseguir deseos de una cacería propicia.
En la Cueva de la Pileta y La Cueva de Puente Viesgo se han hallado restos de componentes totémicos. Aparecen pinturas de animales con los colores ocre, amarillo, blanco y negro como principales en La Cueva de Altamira de Cantabria, donde se muestran animales sementales, todo ello aprovechando las protuberancias de las rocas.
Hacia el año 10.000 a. de C. hubo un cambio climático, de manera que el frío que había dominado el Paleolítico desapareció, y con ello la fauna mayor como fueron los bisontes, caballos y mamuts. Todas estas circunstancias conllevo a la desaparición del Hombre de Cromagnon.
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